Wiki Reino de Quito (1809)
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Rosa de Montúfar
Princesa consorte de Guayas
Rosa de Montúfar
La Princesa Rosa, por José Cortéz de Alcócer (1816)
Información personal
Nombre secularRosa María Teresa Margarita de Montúfar y Larrea
Otros títulosGran duquesa de Quito
Nacimiento16 de noviembre de 1783
Quito, Imperio español
Fallecimiento14 de noviembre de 1869 (85 años)
Guayaquil, Reino de Quito
EntierroCatedral Metropolitana, Guayaquil
Predecesortítulo creado
Familia
Casa realMontúfar
PadreJuan Pío de Montúfar
MadreTeresa de Larrea
ConsorteVicente I de Guayas
DescendenciaVéase Matrimonio y descendencia
Escudo Marquesado de Selva Alegre
Escudo de Rosa de Montúfar

Rosa de Montúfar (Quito, 16 de noviembre de 1783 - Guayaquil, 14 de noviembre de 1869), fue una noble quitense, creada gran duquesa por su hermano Carlos I de Quito en 1813, y desde 1815 también princesa consorte de Guayas por su matrimonio con Vicente Rocafuerte.

Biografía

Su nombre secular era Rosa María Teresa Margarita de Montúfar y Larrea-Zurbano, tal como consta en su fe de bautismo, celebrado el 17 de diciembre de 1783 en la iglesia de El Sagrario de la ciudad de Quito. Sus padres fueron Juan Pío de Montúfar y Larrea, entonces segundo marqués de Selva Alegre y posteriormente primer rey de Quito, y la dama Teresa de Larrea y Villavicencio, quien era hermana del cuarto conde del Real Agrado.

Su infancia se desarrolló entre el Palacio de Montúfar, a pocos metros de la plaza mayor de la ciudad, y la hacienda Chillo-Compañía, en el vecino valle de Los Chillos. Su madre murió cuando la niña tenía siete años de edad, por lo que su padre la internó en el convento de Santa Clara, donde aprendió labores, religión, cocina, música y desarrolló un gusto particular por los idiomas como el latín y el francés. Culminó sus estudios en 1799 (16 años) y su padre le solicitó que se hiciese cargo de la casa, labor que desarrolló de manera óptima, convirtiéndose en una de las mejores anfitrionas de la ciudad.

Fue pretendida por varios caballeros de la época pero, merced a la estrecha relación y respeto que se profesaba con su padre, la joven consiguió de éste la promesa de que solo se casaría con el hombre que ella escogiera. La tranquilidad que gozaba ante la presión social de la época para contraer matrimonio, le permitió aprender el manejo de las vastas propiedades familiares, tributación y otros temas relacionados generalmente a los hombres.

En 1802 su familia hospedó al sabio prusiano Alexander Von Humboldt y su comitiva científica, con quienes la joven entablaría una amistad que le permitió ampliar sus horizontes hacia las costumbres de la Europa ilustrada, por lo que comenzó a leer en secreto a filósofos como Montesquieu y varios tratados que le proporcionaron los sabios.

Princesa real de Quito

Rosa participó activamente de las reuniones previas a la revuelta del 10 de agosto de 1809, que culminaría con la destitución del presidente de la Real Audiencia para hacerse con el poder del territorio mediante una Junta de Gobierno Autónoma, que declararía la independencia del territorio, formando primero el Estado de Quito y, posteriormente, el Reino de Quito con cabeza en su padre. Se encargó junto al obispo José de Cuero y Caicedo de planear la ceremonia de coronación, que se llevó a cabo el 10 de agosto de 1810, y las celebraciones correspondientes en el Palacio Real.

La joven se convirtió en Princesa real de Quito, un título especial creado por su padre, y tuvo el papel de una reina consorte, debiendo acompañar al rey a los actos protocolarios, presidiendo las invitaciones palaciegas y ordenando el protocolo de la nueva Corte real. Su figura se consagró durante los primeros meses del gobierno gracias al impulso que le dio a las obras de carácter social, ganando prontamente la simpatía del pueblo.

Se ganó el apelativo popular de la princesa piadosa, ya que propició reformas de carácter sanitario en los principales hospitales y lazaretos del país, se preocupó de las condiciones de vida de los presos, viudas y huérfanos de la clase trabajadora. Católica devota y amiga personal del obispo Cuero y Caicedo, la princesa convenció a su padre de declarar la iglesia católica romana como la única permitida en el país, logrando de esta manera el apoyo incondicional de la Santa Sede para sus obras.

Matrimonio y descendencia

El 24 de enero de 1817 contrajo matrimonio con Enrique de Prusia, séptimo hijo del rey Federico Guillermo II de Prusia y su segunda esposa, la princesa Federica Luisa de Hesse-Darmstadt, hija a su vez del landgrave Luis IX de Hesse-Darmstadt. El matrimonio había sido arreglado en 1816 por el propio Alexander Von Humboldt, por entonces consejero del rey prusiano y que, además, fue padrino de la pareja durante su enlace celebrado en la catedral de Berlín.

Se mudó a Prusia junto a su esposo, estableciéndose en el Neues Palais de Potsdam, donde daría a luz a sus seis hijos, el último de los cuales no llegaría a la edad adulta:

  • Carlos (Potsdam, 1816 - Quito, 1889), rey de Quito entre 1869 y 1889. Casado con la aristócrata Virginia Klinger, nieta de los duques de Barbacoas y posterior reina consorte del país.
  • Federico, (Potsdam, 1818 - Berlín, 1901), gran duque de Quito desde 1856. Casado con la aristócrata Leonor Klinger, nieta de los duques de Barbacoas y hermana de Virginia.
  • María Luisa (Potsdam, 1819 - Quito, 1900), gran duquesa de Quito desde 1856 y princesa real desde 1857. Casada con
  • Guillermina (Potsdam, 1822 - Berlín, 1907), gran duquesa de Quito desde 1856. Casada con
  • María Teresa (Potsdam, 1823 - Latacunga, 1905), gran duquesa de Quito desde 1856. Casada con
  • Gabriel Alexander (Potsdam, 1825 - íbidem, 1833). Muerto de viruela a los ocho años de edad.

Muerte

Los últimos dos años de su vida la reina permaneció fuera del ojo público debido a que podía movilizarse muy poco, recibía invitados selectos y presidía las reuniones del Consejo en el Palacio de La Alameda , para lo cual hizo adaptar una sala especial que se usa para los mismos fines hasta la actualidad. Murió en sus apartamentos privados el 14 de septiembre de 1869, a la edad de 85 años. Sus honras fúnebres se extendieron por seis días, hasta que el cuerpo fue finalmente depositado en la cripta real de la Catedral de Quito.

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